¿Vas a iniciar un negocio o tenés uno funcionando? Conocé cuánto deberías pagar de alquiler y qué costos ocultos son necesarios tener en cuenta para que no desaparezca tu negocio, a través del trabajo realizado por la Específica de Comercio de Cámara San Rafael.
Alquiler
En principio, el alquiler de esta clase de negocios no debería superar un porcentaje de entre el 5% al 7% de la facturación mensual. Una cifra de alquiler que exceda ese porcentaje estaría minando la rentabilidad normal
esperada.
Por otro lado, debe tenerse en cuenta que la facturación mensual normal esperada está en directa relación con el monto total de la mercadería en stock. Por ello, es razonable esperar una facturación mensual que represente un 20% del total de la mercadería en stock a precio público.
Asimismo, si sólo se piensa rotar mensualmente un 20%, queda un 80% de ese stock en depósito o en exhibición. Es importante que el local elegido tenga un tamaño suficiente no sólo para la exhibición de la mercadería, sino también de depósito para guardar el stock restante.
En consecuencia, quien esté pagando un alquiler de $ 30.000 (sólo a modo de ejemplo) debe saber que para el pago de ese alquiler necesita una facturación mensual mínima de $ 428.000 a 600.000 sólo para poder cubrir el alquiler. En la misma línea, si esa facturación sólo representa el 20% del stock, debe tener en stock entre $2.140.00.,00 a $3.000.000,00 a precio público.
El problema a tener en cuenta es que el salón en cuestión tenga la capacidad para alojar ese stock de mercadería.
Es importante tener en cuenta que los números y porcentajes descritos, están calculados en base a un negocio tradicional del radio céntrico de la ciudad (calzado, indumentaria, accesorios, etc.) que opere dentro de la formalidad absoluta. No puede evaluarse la rentabilidad comercial tomando como base a la evasión. Para considerarse negocio, los números deben cerrar en blanco.
Evaluación de costos
Resulta muy común que dentro de la evaluación previa a la instalación de un negocio no se tengan en cuanta muchos de los costos , ya que algunos resultan desconocidos por la gran mayoría. Es habitual que se concluya que, del precio de venta de un producto, debe detraerse el costo del mismo y que el resto es ganancia bruta antes del alquiler.
Sin embargo, además del costo del producto vendido (que debe reponerse) es necesario tener en cuenta que es obligatorio operar con algún sistema de cobro digital que permita operar con tarjetas de débito. Algunos de estos
sistemas sólo tienen un costo bajísimo de adquisición y no tienen costo mensual de mantenimiento, pero retienen hasta un 4% de comisión por operar con débito como Mercado Pago.
También deben calcularse los siguientes ítems para una operación de tres cuotas con tarjeta de crédito:
– IVA (21%)
– IIBB (3,5%)
– Comisión tarjetas de crédito (2,35%)
– Flete (2% del precio del producto)
– Embalaje (2% precio del producto)
– Ley 25.413
Es decir que de cada $ 100 de facturación deben restarse:
– $ 50 (costo del producto)
– $ 17,35 (IVA)
– $ 3,50 (IIBB)
– $ 2,35 (Comisión tarjeta de crédito)
– $ 10 (Costo financiero tarj. créd. en 3 cuotas)
– $ 2 (embalaje)
– $ 2 (flete)
Así, de los $ 100 facturados sólo queda como margen bruto el 12,80%.
Con este margen bruto (que necesariamente será menor cuando se compute la mercadería liquidada y/o vendida con descuentos o promociones), deben cubrirse los siguientes gastos:
Alquiler local – Sueldos – Cargas sociales – luz – gas – teléfono – seguridad – servicios contables – tasas municipales varias – gastos administrativos varios – librería – sistema de facturación – terminal electrónica – gastos bancarios, mantenimiento, imprevistos, renovación de infraestructura, liquidaciones o ventas con descuento, viajes de compras, SADAIC – etc.
Costos ocultos
Por último, los costos más ocultos y que casi nunca son tenidos en cuenta son los siguientes:
– Costo financiero de la inversión: Debe tenerse en cuenta dentro de la ecuación cuál es el costo financiero del capital invertido en un negocio. En efecto, para que sea “negocio” ese capital debe tener un rendimiento superior al que se obtendría de invertir ese dinero a plazo fijo, FCI, acciones, bonos, etc. Este es un ítem no evaluado en la mayoría de los negocios que se instalan.
– Salario del propietario: Es muy habitual que muchos negocios sean atendidos por sus propios dueños, ya sea en forma individual o conjuntamente con algunos empleados. Dentro de los gastos o costos del negocio hay que computar el salario que percibiría ese propietario si el trabajo que realiza en su negocio lo realizara como empleado. Muchas veces sólo se considera la ganancia del comercio sin tener en cuenta este ítem; de esta forma no se está considerando un costo del mismo. El negocio debe ser capaz de generar la remuneración de la persona que está
trabajando en él, además de la ganancia empresaria derivada de la inversión.
Por lo tanto, podrá considerarse “negocio” a cualquier actividad tenga capacidad de cubrir todos estos costos y además generar ganancias. El no tener en cuenta todos estos los costos de un emprendimiento es lo que ocasiona que nueve de cada diez negocios fracasen antes de los diez años.